Christian Busch, experto internacional en innovación y emprendimiento social nos enseña sobre el tema
Fuente: La Tercera
Fecha: 17-08-2015
Hace algunas semanas, un emprendimiento chileno logró coronarse como el ganador en el concurso The Venture, organizado por Chivas Reagal en Silicon Valey, y que busca destacar a aquellas empresas que generan un impacto social positivo en la sociedad. Se trata de Algramo, compañía que promueve la venta de diversos productos a granel en los barrios, y que opera bajo el modelo de emprendimiento social.
Precisamente para hablar de este modelo de negocios está en Chile Christian Busch, experto internacional en innovación y emprendimiento social, que participará de una actividad organizada por Inacap. El especialista, director asociado del Laboratorio de Innovación y Cocreación de London School of Economics and Political Science (LSE), destacó el nuevo interés de los jóvenes chilenos en este tipo de emprendimiento, aunque recalcó que el principal obstáculo en la materia continúa siendo el temor al fracaso.
¿Cómo evalúa el ecosistema del emprendimiento existente en Chile?
Una de las cosas más relevantes e interesantes que he visto, y también en el resto de Latinoamérica, es la iniciativa Startup. Chile la desarrolló y ha logrado que este tipo de ideas se replique en otros países de manera exitosa. Otro aspecto relevante es la visión holística que tienen del emprendimiento en Chile, me gusta. En el ecosistema de acá actúa el gobierno, los emprendedores, las incubadoras y otras instituciones. Hay una visión global del emprendimiento. Hay mucho que aprender de este tipo de experiencias.
En Chile, hablará acerca del emprendimiento social ¿Qué define el perfil social de un negocio?
Se debe aclarar que la innovación social incluye tanto a las empresas privadas como a los emprendedores individuales. Esto tiene que ver con la sostenibilidad de las empresas, la que debe incluir tanto el componente financiero como el social. Es decir, que la búsqueda de utilidades por parte de las empresas sea en conjunto con la búsqueda de beneficios sociales. Ambas no son excluyentes.
¿Cómo invitar a los emprendedores a que se interesen en este tipo de innovación?
Hay dos opciones. La primera es mediante los incentivos. Debe existir una alianza entre el mundo privado, las universidades, los diferentes sectores económicos y otros actores. Un ejemplo de esto son los bonos de impacto social (Social Impact Bonds, SBI) que se utilizan en Europa. Este es un modelo donde las utilidades sólo se pueden obtener una vez que se logran los objetivos sociales. Otra opción es que las empresas empiecen a preocuparse más del beneficio a las comunidades. La empresa Unilever ha sido capaz de entender la importancia de buscar el balance entre lo financiero y lo social. Estructura con la que han dado cuenta que tomar el camino social es parte del buen negocio y, de paso, se asegura la sobrevivencia de la compañía a largo plazo.
En este modelo de innovación social las empresas se tienen que preocupar no sólo de producir, sino que también de la calidad de trabajo que están dando, la ecología y los valores sociales. Estos últimos son los que tienen que guiar la empresa.
¿Un negocio exitoso puede buscar el bienestar social?
Las empresas pueden complementar perfectamente la búsqueda de un bienestar social y la búsqueda de un buen negocio. Es mentira que ambas características no puedan estar juntas.
¿Hay mayor interés en el emprendimiendo social en las nuevas generaciones de emprendedores?
Los jóvenes de la generación millenium (generación Y) son personas mucho más preocupadas de los valores y de tener sentido en el trabajo. Lo que buscan en una empresa al momento de trabajar es justamente eso. Si las compañías tienen esto claro, atraerán a personas más talentosas.
¿Qué opina de los incentivos al emprendimiento en fase de formación escolar y universitaria?
Uno de los principales problemas en el emprendimiento es el miedo. Por lo que la universidad y las escuelas son un lugar bastante propicio para que las personas aprendan a enfrentarlo y no sólo los jóvenes, también las personas adultas. Esto es porque allí no tienen mucho que perder, por lo que son una buena instancia para fomentar el emprendimiento. Todas las personas, probablemente, tenemos el espíritu emprendedor. El problema tiene relación en cuanto a cómo enfrentamos el miedo. Si emprendes en la universidad, el riesgo es menor, porque no tienes a tu cargo a muchas personas. En cambio, si lo haces siendo un alto ejecutivo en una empresa, los costos pueden ser mayores.
¿Cómo se puede enfrentar ese miedo?
Es importante que las personas entiendan que se pueden equivocar. La idea es volver a intentarlo. La única forma de enfrentar este miedo es paso a paso. El riesgo es una barrera que el emprendimiento tiene que ser capaz de superar.
¿Qué significa hacerlo paso a paso?
Hay cinco pasos. El primero consiste en preguntarse para qué queremos ser más innovadores. Básicamente es hacerse las preguntas existenciales respecto a la compañía y el propósito que los motiva. El paso siguiente se relaciona con cuestionarse cuáles son los valores reales de la empresa y si ellos ayudan a mejorar los procesos. Los valores deben estar en cada una de las etapas de la empresa. Es importante que los jefes aprendan a valorar las ideas innovadoras de los trabajadores y apoyarlos. En tercer lugar está la transparencia. La empresa tiene que asumir que existe la posibilidad de equivocarse y que esos errores sirven para que en conjunto se busque una solución. La empresa debe entender que sus trabajadores se pueden equivocar y no por ello deben ser crucificados. El cuarto punto se relaciona con la medición. Es clave tener indicadores de desempeño, realizar mediciones de impacto social, no basta sólo con la medición de los resultados, sino que más bien con los impactos de estos. Por último, está la tecnología. Esta permite que un gerente general pueda publicar sus metas e ir actualizando las que cumple y las que no, por lo que se consigue que la evaluación de logros sea tanto a trabajadores como directivos, pues toda la empresa tendría conocimiento de lo que se está haciendo.
¿Qué tipo de tecnologías?.
La tecnología es súper importante. Pero no la tecnología pensando en productos, sino a nivel de plataformas, que permitan transparentar la información de las empresas. Muchas personas creen que Facebook mata las relaciones humanas, porque la gente ya no conversa como antes, pero eso no es del todo cierto. Si yo tengo un problema y lo publico en Facebook, tengo un amigo o el amigo de un amigo que me puede ayudar. Permite buscar soluciones, en este caso lo importante no es la tecnología, sino la plataforma y lo que ella permite.
En Chile, los emprendedores acusan que falta comunicación entre las instituciones pro emprendimiento ¿Qué se puede hacer al respecto?
Esto también pasa en otras partes. En este tema me gustó mucho lo que hizo Obama en Estados Unidos, quien fue capaz de llevar los talentos de Silicon Valley a Washington D. C. Al hacer eso, mejoró toda la situación del lugar, porque se atrajo a muy buenos talentos, y a la vez, los talentos fueron evangelizadores para mejorar las políticas públicas vinculadas a temas de Silicon Valley. En los procesos de reinvención de las empresas, las personas son fundamentales. Los nuevos talentos de la generación millenium no deben funcionar en beneficio ni del gobierno, ni de las empresas, ni a modo personal, deben funcionar bajo el beneficio global, en su totalidad. Por ello, es importante que las instituciones se crucen, no necesariamente de manera formal, de manera informal también, para que los emprendedores puedan estar en diferentes partes.
Revisa la entrevista original acá: http://fw.to/apgjuVh/pgts8l2